Wednesday, January 28, 2009

::: la pequeña buda :::

Eran las 5.30 de la tarde de ayer y Nikita cenaba su deliciosa avena (de ahí que lleve en la foto el babero cocodrilo snap-snap). Por primera vez en mucho tiempo N de Nikita no quería saber nada de la cuchara ni de su contenido. Ella, la pequeña budista Nikitiense, sólo deseaba colocar los pies y adquirir una postura apta para la meditación. Su cara, sin duda esa cara, refleja absoluta concentración. La cuchara realizó unos cuantos intentos fallidos de acercamiento, pero ella, seguidora aférrima del Yoga, hizo caso omiso a todo aquello que no fuera lograr llegar al deseado Nirvana (para más señas, mirar ahí abajito, sus calentamientos previos, dejándo atónita a la que es escribe, que sigue siendo su mamá)...


2 comments:

Ana García Ordóñez said...

jeje que graciosa!!!

Anonymous said...

Ommmmmmmmmmmmmm...