Thursday, August 20, 2009

::: en la lucha :::

Querida N,

hoy te escribo descalza, sin anillos en los dedos ni dolor en el pecho. Acá sentada te veo si cierro los ojos, con cada parpadeo, tecleo y aparece : tu nikitiense acelerado... si ves mariposas de finos colores, si coqueteas con el riesgo escalando nuevos ochomiles que ya perdí cuenta, si juegas a esconderte debajo (o encima) de la mesa...
Tienes una risa preciosa y cuando te ries, ries de verdad.
Hoy quiero contarte, sin lastre emocional, sin atisbo de tristeza, que hay cosas (grandes o pequeñas) que sin duda traen su propio castigo. Y no, no son castigos turbios llenos de preguntas sin respuesta. Aquí estaré siempre, corriente arriba o contra corriente, como tu quieras, para que comprendas.
Siento que te ha sido arrancado algo, algo importante.
(estremecimiento)
Pero...
He luchado con furia, tan obvio que nadie se dio cuenta.
Memoricé tus derechos, tan fáciles de sentir como el tirón de un pez en un sedal tenso.
Luché por ellos, esta en mi naturaleza innata y en la tuya también.
Son ya 3 meses que olvidó la ley 143. Son ya más de 10 meses que entra y sale de tu vida cual arco iris después de la tormenta.
Y es hoy, sin duda es hoy, que vine a contarte esto.
El motivo por el cual ya no le ves.
A mí no me duele el abandono, ni la carga, ni la responsabilidad última. Ya no ruego más Nikita. Siento de vuelta la increible habilidad que me das para seguir luchando.
Te dejó aquí, tu ley, sin muestras de infelicidad.
Espero la entiendas, la hagas tuya y luches por ella.
Te amo incondicional Nikita.
Siempre. Como ha sido siempre.
mamá.