¿Cómo es posible que Nikita se despierte siempre de tan buen humor? Son las 5.45am y ella, tan afanada en sus cosas, apenas se percata de mi presencia... Nikita, a estas horas de la mañana, sin asegurar su despertar con su ya mítico "adua,adua,adua" (que en Nikitiense significa: "quiero cachondeo ya"), intimida al oso blanco polar, acorralándolo en una esquina de su cuna y se lo lleva a la boca, una y otra vez, lo extrangula y lo tira boca abajo, puro acto de buena fé, para que el oso polar pueda invernar tranquilo... es entonces cando ataca al chunche estático, ese que en la foto tiene agarrado con su manita derecha, lo agita de arriba abajo (mi hulk afeminada), y se lo come impune a los consejos de su madre de no tirarlo al aire, que eso pesa, que eso hace daño si te cae en la cabeza... y es entonces cuando me mira, se ríe, de puro acto reflejo sonríe, a su madre, a la que escribe ahora con infinita alegría en las puntas de sus dedos, Nikita de nuevo lo consigue, un despertar más, colmando de felicidad, imponiendo el verbo amar.
Estamos en una fase nueva para Nikita. Ella, la pequeña mujer araña, hace ejercicios de "viva la independencia" (y esto, se preguntarán ustedes ¿qué carajo es?), pues bien, N de Nikita solo quiere brazos, solo quiere compañía ... y si no lo logra, y si no queda satisfecha, se coge tal berrinche que apaga y vámonos. Así que estamos intentando dejarla sola un ratito al día, en su tela de araña, para que, quizás así, se de cuenta que también puede disfrutar de la soledad "entre comillas" en compañía de sus muñecos favoritos. Y de momento funciona. Vamos a ver si la mamá novata logra que la mujer araña disfrute también del ya conocido anuncio de IKEA (bienvenido a la república independiente de mi tela de araña).
