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Al llegar a casa, al bajarme del carro, estabas allí, esperando en los brazos de papá. 3 noches pasaron, pero al chinearte, fue como si recuperara cada segundo perdido. Delicioso llenarte de besos y sentir que los aceptas en todas las condiciones, sin rencor por la "fuga de mamá a Panamá", sin miedo a "se irá pronto, ya verás"...

Así que... de nuevo en casa. De nuevo Nikita y sus sonrisas. Ayer nos dimos el primer baño de espuma, con un gel especial que si chapoteas in-can-sa-ble produce pompas de jabón, grandes como para meterte en ellas y olvidarte un rato de todo, todo aquello que no sea "N" de Nikita (regalo de tu primer gran amor "Rica" -she loved it, thanks a million).